Los frentes de lucha en contra del espíritu del desenfreno
Para obtener el dominio de la pureza del cuerpo y conservarla, no basta con el simple ayuno, si este no es precedido por la contrición del corazón, además de una ferviente oración contra el espíritu del mal y el estudio permanente y profundo de las Escrituras.
La segunda lucha principal, según las enseñanzas de los Padres, es en contra del espíritu de la lujuria. Esta lucha empieza a asaltar a los hombres desde los albores de la juventud y no se extingue sino solamente después de refrenar los demás vicios. El asalto tiene lugar desde dos frentes, por eso hay que resistir y luchar del mismo modo en ambas partes, porque, tal como el enemigo se vale de la enfermedad del cuerpo y la del alma para atacarnos, no será posible vencerlo sino luchando en ambos escenarios.
Para obtener el dominio de la pureza del cuerpo y conservarla, no basta con el simple ayuno, si este no es precedido por la contrición del corazón, además de una ferviente oración contra el espíritu del mal y el estudio permanente y profundo de las Escrituras. A esto hay que sumarle la ciencia espiritual, así como el trabajo y la labor con las manos, que detienen la dispersión y el libre deambular de la mente. Ante todo, tenemos que poner los cimientos de la verdadera humildad, sin la cual no es posible alcanzar triunfo alguno en contra de las pasiones.
(Traducido de: Sfântul Ioan Casian, Virtutea curăției biruitoare a patimii desfrânării, Editura Trinitas, Iași, 2002, pp. 10-11)