Los frutos de las oraciones de todos los cristianos
Antes de acostarnos repitamos la “Oración de Jesús”, al respirar; recitemos también el “Credo” y persignémonos a continuación.
La oración elevada simultáneamente, en distintos lugares y por parte de muchos cristianos, nos purificará, nos santificará y transformará el espíritu de nuestra nación. Antes de acostarnos repitamos la “Oración de Jesús”, al respirar; recitemos también el “Credo” y persignémonos a continuación. De esta forma, el don del Espíritu Santo y nuestro Ángel Custodio nos cubrirán y santificarán.
Quienes visitan los monasterios y oran en ellos, encienden aún más el fuego del Espíritu Santo en sus corazones. Debemos orar sin cesar, porque sin cesar somos tentados por los vicios del cuerpo y del alma, por parte de otras personas y de los demonios. Cuando oramos, la Gracia del Espíritu Santo desciende y aleja toda tentación que nos acecha.
(Traducido de. Ierodiacon Cleopa Paraschiv, Rugăciunea lui Iisus, Unirea minții cu inima și a omului cu Dumnezeu, Editura Agaton, Făgăraş, 2002, p.24)