Palabras de espiritualidad

¡Los jóvenes no deben conocer el estrés!

  • Foto: Silviu Cluci

    Foto: Silviu Cluci

Translation and adaptation:

Háganse acompañar de la fe, que les puede ofrecer la respuesta a todos los problemas e implícitamente a los que están relacionados con el estrés.

Hace mucho tiempo, el estrés era algo desconocido para los jóvenes. Estos vivían de una forma “normal”, sin presiones extraordinarias. El estrés era algo que experimentaban solamente los adultos en su agitación diaria. Actualmente, hasta los más jóvenes viven presos del estrés. El estrés se ha convertido en una “segunda naturaleza”. La rapidez de los acontecimientos, la sociedad de consumo, la falta de fe y cierta disposición genética, nos llevan a esa enfermedad contemporánea que afecta a todos, llamada precisamente “estrés”. Hoy en día la vida ha cambiado. Se ha vuelto atemorizante... estresante. Y también ustedes, los jóvenes, son engullidos por ese torbellino. Se estresan día y noche por culpa del trabajo, las relaciones afectivas, el dinero, los problemas familiares. Aunque son jóvenes, se estresan profundamente. Les da miedo el futuro, el camino a seguir y tantos problemas que apenas comienzan a entender. Muchos de ustedes se preguntan lo que sucederá cuando los problemas se multipliquen y el estrés los arrastre. Considero que, en tales situaciones, pueden hacer tres cosas:

  1. Comprendan para qué es que viven. Si entienden que viven para un propósito elevado, jamás volverán a estresarse. Ese propósito santo no provoca estrés.

  2. A continuación, organícense de acuerdo a criterios correctos de vida y felicidad. La vida feliz no consiste en llenarse de bienes materiales. Prácticamente, esto es lo que provoca estrés. La felicidad consiste en la correcta utilización de los bienes que hay en el mundo.

  3. Háganse acompañar de la fe, que les puede ofrecer la respuesta a todos los problemas e implícitamente a los que están relacionados con el estrés.

(Traducido de: Părintele Timotei Kilifis, Tinerețe curată, tinerețe frumoasă, Editura Cartea ortodoxă, 2007, pp. 106-107)