Los mandamientos de Cristo representan la revelación de lo que es bueno y provechoso
“… Intentamos alcanzar una forma de vida con la cual, en todas las circunstancias, con todo el corazón y con toda el alma, podamos amar lo que ama Dios y odiar lo que odia Dios.”
Con nuestra oración pedimos —y nuestra oración es toda la filosofía de nuestra vida— ‟lo que es bueno y provechoso para nuestras almas”. Así pues, los mandamientos de Cristo representan la revelación de lo que es bueno y provechoso. Y entonces, el hombre ya no vive, digamos, como un tabú; todo está permitido, pero no todo es de provecho, e intentamos alcanzar una forma de vida con la cual, en todas las circunstancias, con todo el corazón y con toda el alma, podamos amar lo que ama Dios y odiar lo que odia Dios.
Y esta es la verdadera libertad. En esencia, el padre Sofronio siempre nos condujo a esta libertad, a la cual se llega con mucho esfuerzo, con muchas crisis en nuestra vida.
Y creo que también debemos aprender el momento de la ley, o de las reglas monacales, pero, si la aplicamos, debemos hacerlo con discernimiento y, conociendo sus propios límites, cuando hayan cumplido su función en nuestra vida, hacerla a un lado.
(Traducido de: Celălalt Noica – Mărturii ale monahului Rafail Noica însoțite de cîteva cuvinte de folos ale Părintelui Symeon, ediția a 4-a, Editura Anastasia, 2004, pp. 98-99)