Los méritos que el humilde no se atribuye
“Pues si Yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros os los debéis lavar unos a otros. Yo os he dado ejemplo, para que hagáis vosotros lo mismo que he hecho Yo” (Juan 13, 14-15).
El que es humilde no quiere estar más alto que Su Maestro. Tal como el Hijo de Dios se levantó, tomó un lienzo, se alzó las mangas de la túnica y comenzó a lavarles los pies a Sus discípulos, también el hombre humilde está listo para servir a todos cual si fuera un siervo, sin ver en ello mérito alguno. Porque se recuerda a sí mismo las palabras del Señor: “Pues si Yo, el Señor y el Maestro, os he lavado los pies, también vosotros os los debéis lavar unos a otros. Yo os he dado ejemplo, para que hagáis vosotros lo mismo que he hecho Yo” (Juan 13, 14-15).
(Traducido de: Arhimandrit Serafim Alexiev, Despre smerenie şi mândrie, Editura Sofia, p. 92)