Los padres como confidentes espirituales del niño
Tal como el monje, en el monasterio, tiene a su stárets, a quien le revela todos sus pensamientos, recibiendo de esto un gran consuelo, también el niño debe tener una gran cercanía espiritual con sus padres.
Los hijos deben hablar con sus padres de todo lo que les pase por la mente. Tal como el monje, en el monasterio, tiene a su stárets, a quien le revela todos sus pensamientos, recibiendo de esto un gran consuelo, también el niño debe tener una gran cercanía espiritual con sus padres.
Normalmente, el niño tendría que confesarse primero con su madre y después con el padre espiritual. Del mismo modo en que, cuando el niño se lastima una pierna, los padres lo llevan al médico para consultarle lo que hay que hacer para que la herida sane, así también los padres deben saber qué problemas acongojan al niño, para poder ayudarle. Si el niño le cuenta sus problemas espirituales solamente al sacerdote, ¿cómo podrían ayudarlo sus padres, si no saben qué es lo que le preocupa?
(Traducido de: Cuviosul Paisie Aghioritul, Cuvinte duhovniceşti, Vol. IV Viața de familie, Editura Evanghelismos, București, 2003, pp. 138-139)