Palabras de espiritualidad

Los padres deben saber apoyar al hijo que siente el llamado de la vida monacal

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

Que nadie frene a quienes sienten el llamado de Dios o la exhortación de su mente para entrar a la vida monacal.

Que nadie frene a quienes sienten el llamado de Dios o la exhortación de su mente para entrar a la vida monacal. Los padres espirituales son los primeros que pueden decidir el camino de sus discípulos. Y los padres naturales no deben oponerse o intentar casarlos a la fuerza, con tal de hacerles renunciar a la vida del monasterio. Esto es un pecado ante Dios. Sin embargo, en caso de indecisión, que pidan el consejo de algún confesor anciano.

Entonces, ni detenerlos, ni enviarlos a la fuerza al monasterio. Al contrario, que le pidan a Dios, ayunando, haciendo postraciones, leyendo los Salmos y siguiendo el consejo del padre espiritual y de la propia conciencia. Lo mismo para quienes deseen hacerse sacerdotes: que nadie obstaculice su decisión, sino que sean ayudados a ingresar al seminario y a la facultad de Teología, y a llevar una vida cristiana correcta, para hacerse dignos de servir a Dios. Antiguamente, tener un hijo sacerdote o monje era un gran honor y una enorme alegría para los padres, porque sabían que tenían a alguien que oraría durante toda su vida por su salvación. Y las madres, inspiradas por Dios, elegían cuáles de sus hijos serían sacerdotes, para llevarlos al monasterio, y cuáles habrían de tomar el camino de la vida de familia.

(Traducido de: Arhim. Ioanichie Bălan, Călăuză ortodoxă în familie și societate, II, Editura Mănăstirea Sihăstria, p. 160-161)