Los puntos cardinales de la vida cristiana
Este es el único camino posible para el cristiano, si quiere alcanzar la salvación.
El amor a Dios, la pobreza y la humildad, perfeccionadas con una incesante contrición, constituyen los puntos cardinales de la vida monástica.
Sin embargo, observamos que todo esto aparece ya en el Santo Evangelio, como ley fundamental de la vida cristiana, y no como determinados votos monacales. Sólo siguiendo este camino podremos alcanzar el descanso eterno, junto a todos los santos. Este es el único camino posible para el cristiano, si quiere alcanzar la salvación.
Comparando, no obstante, nuestra vida cristiana actual, con el modelo que nos dejara nuestro Señor Jesucristo, la diferencia es tan grande como la distancia que hay entre cielo y tierra... aunque creamos que somos buenos cristianos, buenos ortodoxos, y que vivimos de acuerdo a lo que nos enseña el Santo Evangelio.
Hablando de la humildad, la mayoría de personas no saben o no entienden lo que es; incluso, hay quienes creen que es contraria a la dignidad y al prestigio del hombre civilizado. ¿Qué decir de la pobreza? Es lo más odidado del mundo, porque todos anhelan tener dinero, riquezas y bienestar. Luego, ¿cómo podría caber el Amor de Dios en un alma que sólo ama lo material y el dinero?
En lo que respecta a la contrición, muchos han perdido hasta la misma percepción del pecado. Cuántos pecados extremadamente graves para la conciencia, como el alejamiento y la negación de Dios, el desenfreno, el odio, etc., son permitidos o incentivados oficial y públicamente mediante leyes... ¡El arrepentimiento ha perdido todo su significado!
(Traducido de: Ieromonah Petroniu Tănase, Chemarea Sfintei Ortodoxii, Editura Bizantină, București, 2006, p. 121-122)