Filosofía de las riñas familiares: a menudo, esas peleas nacen de los reproches de la esposa, mismos que el hombre soporta con dificultad, aunque sean justos (orgullo). Debemos entender de dónde provienen los reproches. Usualmente, la esposa quisiera que su esposo fuera mejor de lo que es, y esto es lo que exige. Se trata de una forma de idealización. En tales casos, la esposa representa la conciencia de su esposo y sus reproches deben ser aceptados de esta manera. El hombre, sobre todo después de casarse, tiende a “relajarse” y ralentizarse. La esposa, rechazando tal situación, comienza a exigir más de él. En este sentido, los conflictos familiares son, por raro que esto parezca, una muestra de la consumación del matrimonio, y en este nuevo ser, hecho de dos, la esposa tiene el rol de la conciencia.

Por esta razón, a veces las riñas pueden ser provechosas. En el fuego de la disputa termina consumiéndose la maleza de los enojos y malentendidos, acumuladada con el tiempo. Y, después, con las explicaciones y el diálogo, se instaura un sentimiento de claridad y de paz. Entonces se liberan las más altas capacidades del alma y, por medio de la comunicación, comienza una maravillosa interacción, hasta alcanzar la unidad completa de sentimientos y pensamientos.

(Traducido de: Preotul Alexandr Elceaninov, Cum să întemeiem o familie ortodoxă, Editura Sophia, București, 2011, p. 108)