Los santos nos ayudan ante Dios
Somos parte de la familia de los santos. A ellos debemos pedirles que se apiaden de nosotros.
Permanezcamos cerca de los santos. Elevemos nuestras oraciones a ellos. Mantengamos frente a nosotros a Cristo Crucificado y a la Madre del Señor. ¡Bienaventurados los que lloran, porque podrán ver a Cristo, Aquel que está libre de todo pecado!
Somos parte de la familia de los santos. A ellos debemos pedirles que se apiaden de nosotros. Entristezcámonos, pero no por lo que nos hacen los demás, sino cada vez que caigamos en falta, porque el pecado es algo que Dios detesta. Presentémosle a Él nuestro pesar y pidámosle que nos perdone y que el pecado no eche raíces en nosotros.
(Traducido de: Anastasie Malamas, Ca aurul în topitoare. Viața mucenicească a unui Iov al zilelor noastre, traducere din limba greacă de Ieroschimonah Ștefan Nuțescu, Editura Evanghelismos, București, 2012, p. 44)