¡Los santos viven y están a nuestro lado!
¡Los santos viven! Estan a nuestro lado, son nuestros amigos y nos tienden la mano. ¿Sabremos responderles?
Un día fui a ver al padre Porfirio y le dije: “Padre, le pido que no nos olvide y que no deje de orar por nosotros, porque lo necesitamos mucho. Especialmente, piense en nosotros en la noche, cuando el ruido de la vida cotidiana cesa, momento en el cual intentamos dialogar con nosotros mismos y con Dios”. Escuchando esto, el padre me dijo: “¡Entre nosotros no existe la distancia! Y será mejor cuando parta de esta vida, porque entonces podré estar a su lado cada vez que me llamen”.[…]
“¡Entre nosotros no existe la distancia!”. Esta es la palabra consoladora que nos repiten las legiones de santos contemporáneos, a nosotros, los “cansados y agobiados”, personas solas, que lloran y sufren, que no tienen otra cosa que sus lágrimas para ofrecer.
¡Los santos viven! Estan a nuestro lado, son nuestros amigos y nos tienden la mano. ¿Sabremos responderles?
(Traducido de: Gheorghios S. Kroustalakis, Bâtrânul Porfirie, părinte duhovnicesc şi pedagog, pp. 127-128)