Los trabajos domésticos reunen a la familia entera
Si los esposos compartieran cristianamente las cargas de su vida, la vida de los hombres sería más fácil, porque los esposos —uno o ambos— son muchas veces tercos, mientras que nuestro bienestar terrenal demuestra ser débil.
Así como se nos atestigua en relatos antiguos, el Santo Mártir Justin dijo que nuestro Señor Jesucristo, mientras vivía en este mundo, fabricaba arados y yugos, demostrando con esto que todos los hombres deben esforzarse y sobrellevar esas cargas con justicia, junto a los demás, así como los bueyes portan el yugo juntos. Y si uno de ellos se queda atrás, la carga del otro es mucho más pesada.
Si los esposos compartieran cristianamente las cargas de su vida, la vida de los hombres sería más fácil, porque los esposos —uno o ambos— son muchas veces tercos, mientras que nuestro bienestar terrenal demuestra ser débil. (San Ambrosio de Óptina)
Cada miembro de la familia debe participar de los trabajos domésticos; así, la felicidad familiar es plena sólo cuando todos cumplen conrrectamente con esa obligación. (Santa Mártir Alejandra, Emperatríz de Rusia)
(Traducido de: Cum să ne întemeiem o familie ortodoxă: 250 de sfaturi înţelepte pentru soţ şi soţie de la sfinţi şi mari duhovnici, traducere din limba rusă de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, pp. 37-38)