Palabras de espiritualidad

Más grande es el amor, que tu regla de oraciones

  • Foto: Silviu Cluci

    Foto: Silviu Cluci

Si tu hermano parte descontento o perturbado de tu puerta, no sabes si lo volverás a ver ni si podrás volver a ayudarlo.

¿Qué debo hacer para salvarme, Padre?

—¿Qué puedo decirte yo, un pecador? ¡Busca la paz entre todos y no te aferres más a la oración, a tu regla de oraciones, que a tu semejante! Cuando alguien llame a tu puerta, deja tu regla de oraciones y ábrele la puerta: ayúdalo con lo que puedas, dale algo de dinero, un abrigo, un consejo, una palabra buena. Dale tu amor, la bondad de tu corazón, lo más valioso que haya en ti, para que parta contento y con un provecho. ¡Porque más grande es el amor, que tu regla de oraciones! Y si aún no la habías terminado, podrás hacerlo cuando se vaya tu hermano. Pero, si tu hermano parte descontento o perturbado de tu puerta, no sabes si lo volverás a ver ni si podrás volver a ayudarlo. Y, con esto, tu oración ya no llegará a Dios.

Gracias, padre Gervasio, por sus bellos consejos espirituales. ¡Que Dios se lo pague en los Cielos!

—¿Por qué me lo agradeces? ¡Pareciera que crees que hablar me duele! Todo lo he recibido como un don de Dios: los ojos, los oídos, la lengua, la mente... ¡Lo correcto, entonces, es utilizarlo para gloria Suya y nuestra edificación espiritual!

(Traducido de: Arhimandrit Ioanichie BălanPatericul românesc, Editura Mănăstirea Sihăstria, pp.