Me busco en todo, pero me encuentro solamente en Ti
Cuando les pregunto a los demás, espero que seas Tú quien responde. Cuando las cosas hablan, yo te escucho a Ti. Cuando miro la naturaleza, a Ti te estoy buscando.
Mi amor vela y, velando, nunca se aburre. Aquel a Quien amo y espero viene a mí, rodeado por un séquito celestial. ¿Cómo podría dormir y cómo podría fatigarme alguna vez la vigilia?
Velo sobre las historias de los hombres y de las cosas, para escudriñar algún mensaje secreto de mi Amor. Ningún relato me interesa por sí mismo o por su autor, sino solamente por Ti. Procedo del mismo modo en que un cantante que ha perdido su propia partitura empieza a escuchar con atención la de otro, intentando reconocer la suya. Y en todas partes encuentra alguna nota semejante a las de su partitura, pero nunca la partitura completa.
Hago lo mismo que uno al que se le ha roto el espejo: intento verme reflejado en los rostros de los demás, en los animales y en todas las cosas. Y en todas partes encuentro algún rastro semejante al de mi propia imagen, sin hallarla totalmente.
Así, velo en las incontables voces del universo entero, así como en las innumerables imágenes del universo, desde el semblante estrellado del Más grande y del Pequeño, al de las blancas piedrecillas que hay en la orilla del lago, tratando de reconocer la faz de mi Amor. Y nadie me engaña, sino que todos me dicen lo poco que pueden hacer con respecto a todo lo que se sabe de Ti. Cuando les pregunto a los demás, espero que seas Tú quien responde. Cuando las cosas hablan, yo te escucho a Ti. Cuando miro la naturaleza, a Ti te estoy buscando.
(Traducido de: Sfântul Ierarh Nicolae Velimirovici, Noul Hrisostom, Episcop de Ohrida şi Jicea, Rugăciuni pe malul lacului, traducere din limba engleză de Paul Bălan, Editura Anestis, 2006, pp. 86-87)