Palabras de espiritualidad

“Nadie me quiere, no soy bueno para nada. Nadie me entiende, nadie me ama...”

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Las enfermedades espirituales son más fáciles de sanar. Si todos tus sentidos se vuelven hacia el Espíritu Santo, se santifican.

Decía San Porfirio:

Las enfermedades espirituales son más fáciles de sanar. Si todos tus sentidos se vuelven hacia el Espíritu Santo, se santifican. Con la misma fuerza, el santo cura y el malo mata. ¿Comprendes? Sobre esto hablan también los teósofos: “Si quieres, puedes. Fortalece tu voluntad”. Solamente que ellos hablan en sentido humano. Fortalecen su voluntad, se esfuerzan más de lo debido y, en un momento dado, se pierden y se desequilibran.

Nuestra fe enseña una modalidad diferente: la santidad. Y esta es consustancial, porque se ajusta al hombre, de acuerdo a su propia naturaleza. Todo esto está en la Santa Escritura, pero no lo queremos entender. Debemos aprender a comprender la Biblia. Las enfermedades espirituales pueden sanarse por medio del sentimiento religioso.

La mayoría dice: “Nadie me quiere, no soy bueno para nada. Nadie me entiende, nadie me ama”. Esto proviene del egoísmo. Cuando vuelves a Dios, no pides nada, no te irritas, no te enfadas, sino que agradeces por todo y por todos. Amas a todos y te sientes feliz.

(Traducido de: Sfântul Părinte Porfirie, Antologie de sfaturi şi îndrumări, Editura Bunavestire,