Palabras de espiritualidad

Ningún trabajo disminuye el valor del hombre

    • Foto: Silviu Cluci

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Sólo aquello que no puede convertirse en una pasión, es precisamente lo más adecuado para nuestra vida espiritual.

Cuando yo apenas era un novicio en el Monte Athos, cierto día un anciano monje me dijo estas palabras, en relación con las tareas más humildes: “Ningún trabajo disminuye el valor del hombre; solamente el pecado devasta nuestra vida espiritual”.

Sólo aquello que no puede convertirse en una pasión, es precisamente lo más adecuado para nuestra vida espiritual. Si soy un cocinero, preparo los alimentos orando por aquellos a quienes Dios ama. Así, no hay forma de que alguna pasión se inmiscuya en mi trabajo. Evidentemente, tal forma de trabajar es una muy valiosa, porque me permite servirle a esos a quienes Cristo ama. Y es posible vivir lo suficientemente bien con semejante actitud.

(Traducido de: Arhimandritul Sofronie Saharov, Din viaţă şi din duh, traducere de Părintele Rafail Noica, Editura Reîntregirea, Alba Iulia, 2011, p. 51)