Por nuestra amistad tendremos mucho que ganar, ya que nos volveremos invencibles para quien quiera luchar contra nosotros.

Y nunca dejaré de recordarte esto: “Los tiempos actuales son duros, se han multiplicado los que ponen trampas. El amor puro ha desaparecido y el azote de la envidia ha venido a reemplazarlo... Sabes muy bien que caminas en medio de trampas, que caminas por encima de un muro” (ver Eclesiástico 9, 13).

Hay quienes están listos para alegrarse de nuestros problemas. Hay muchos vigilándonos. Ninguno o muy pocos se acercan para compartir nuestro dolor.

Así, no arruinemos nuestra amistad y no nos expongamos al ridículo, porque el perjuicio sería aún más grande que las burlas. “Un hermano ayudado por su hermano es una ciudad fuerte, y las querellas son como cerrojos de fortaleza” (Proverbios 18,19). No destruyas la pureza de esta amistad y no rompas sus cerrojos.

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Despre preoţie 1,4 în P.G. 48, p. 628)