¡No desesperes... pero arrepiéntete!
Te pido que apartes esa necia desesperanza tuya y que te esfuerces en cumplir con los mandamientos de Dios. Y, cada vez que caigas, arrepiéntate y enmiéndate.
“No hay pecado que pueda doblegar a la misericordia de Dios, porque Él quiere que todos nos salvemos y lleguemos al conocimiento de la verdad.
Por eso, te pido que apartes esa necia desesperanza tuya y que te esfuerces en cumplir con los mandamientos de Dios. Y, cada vez que caigas, arrepiéntate y enmiéndate.
Sé paciente ante todos los sufrimientos que debes enfrentar, guardando la palabra de Dios: “Por vuestra paciencia salvaréis vuestras almas” y “Aquel que sea paciente hasta el final, ése se salvará”. No te enfurezcas en contra de quienes viven contigo; mejor ora por ellos y por quienes te odian y te ofenden. Así, por la Gracia de Dios te salvarás...
No olvides que los suicidas caen hasta el fondo del infierno y el peso de todos los pecadores los aplasta, mientras sus tormentos son terribles e infinitos.
Observa el ejemplo de los santos, quienes siempre fueron pacientes en pos de la salvación del alma.”
(Traducido de: Sfântul Ambrozie de la Optina, Sfaturi pentru familia creștină, Editura Platytera, p. 138)