Palabras de espiritualidad

No es posible ser cristiano y no honrar a la Madre del Señor

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

¡Ay del cristiano que no honre a la Madre del Señor! 

No hay en el Cielo y en la tierra nadie más poderoso, después de la Santísima Trinidad, que la Madre del Señor, quien siempre está dispuesta a ayudarnos. Si nos mantuviéramos a los pies del Señor, como la Santísima Virgen María en el Santo de los Santos, si perseveráramos en oración y en pensamientos de Dios, como ella, no serían otros humanos los que nos alimentaran, sino los ángeles y los serafines del Cielo.

¡Ay del cristiano que no honre a la Madre del Señor!  ¡Ay de aquel que en su hogar no tenga al menos un libro de oración, para leerle a la Madre del Señor una paráclesis o un himno acatisto, o que no sepa tan siquiera una oración dedicada a ella!

(Traducido de: Arhimandritul Cleopa Ilie, Îndrumări duhovnicești pentru vremelnicie și veșnicie, Editura Teognost, Cluj-Napoca, 2004, p. 143)