No es posible vivir sin pensar en Dios
Si la paciencia enciende el recuerdo de Dios en cada adversidad que enfrentamos, rehuyendo las tribulaciones debilitamos el celo de nuestro corazón, y esa holgura nos lleva a olvidarnos del Creador.
La memoria de Dios se hace con el dolor del corazón que viene de la devoción. Por el contrario, todo aquel que se olvida de Dios cae en las pasiones del mundo y se vuelve insensible (se endurece). Si quieres acordarte todo el tiempo de Dios, no rehuyas las ofensas de los demás como si fueran injustas; más bien asúmelas como algo que tienes que soportar porque es justo.
Si la paciencia enciende el recuerdo de Dios en cada adversidad que enfrentamos, rehuyendo las tribulaciones debilitamos el celo de nuestro corazón, y esa holgura nos lleva a olvidarnos del Creador.
(Traducido de: Sfântul Marcu Pusnicul, Scrieri, Editura Egumenița, Galați, pp. 223-234)