¡No hagan de la boda ocasión de negocio, más bien alégrense del vínculo de amor!
¿Qué dices, hombre? ¿Quieres obtener ganancia a costa de tu esposa y esto no te avergüenza?¿Ni siquiera te sonrojas, ni sabes qué más hacer, intranquilo ante la idea de obtener algo? El que se casa con una mujer de la misma situación económica o más pobre que él, no sólo obtiene un colaborador, sino alguien que luchará a su lado para proveer el hogar. Y su vínculo es uno de paz, comprensión, amor y diálogo.
He oído a muchos decir: “¿Vieron cómo fulano se hizo rico después de casarse? ¡Era un miserable y ahora que se casó con esa acaudalada mujer goza de una vida...!”¿Qué dices, hombre? ¿Quieres obtener ganancia a costa de tu esposa y esto no te avergüenza?¿Ni siquiera te sonrojas, ni sabes qué más hacer, intranquilo ante la idea de obtener algo? ¿En dónde quedaron aquellas palabras: “Una sola cosa debe hacer la mujer, administrar los bienes familiares, cuidar de la casa”? Porque para ello fue que Dios nos la dio, para que nos ayude en todos esos menesteres.
El que se casa con una mujer de la misma situación económica o más pobre que él, no sólo obtiene un colaborador, sino alguien que luchará a su lado para proveer el hogar. Porque la mujer que ha conocido la pobreza sabe cómo cuidar de su esposo y hace todo lo posible para agradarle, escuchándolo y renunciando a todo deseo de discutir y oponerse a sus decisiones. Y su vínculo es uno de paz, comprensión, amor y diálogo.
(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Cateheze maritale. Omilii la căsătorie, traducere din limba greacă veche de Preot Marcel Hancheş, Editura Oastea Domnului, Sibiu, 2004, pp. 21-22)