Ten cuidado al demostrar —quizás sin darte cuenta— un amor excepcional y diferente por alguno de tus hijos, atendiéndolo con mayor diligencia porque, digamos, crees que es el más débil. Con eta actitud estarás traumatizando seriamente a tus otros hijos, volviéndolos celosos, y provocando un problema psicológico muy serio en tu relación con ellos. Si no prestas atención a esto, todos terminarán siendo perjudicados, y el culpable serás tú. ¡Así pues, atención!

(Traducido de: Cum să educăm ortodox copilul: 300 de sfaturi înțelepte pentru părinți de la sfinți și mari duhovnici, traducere de Adrian Tănăsescu-Vlas, Editura Sophia, București, 2011, p. 67)