No hay adversidad posible para el alma agradecida
“¡No lloro por nuestras tribulaciones, sino de alegría, por la alegría de poder leer este Evangelio!”
Escena de los Relatos de un peregrino ruso:
El peregrino entra a la barraca donde vive un matrimonio que ha caído en desgracia: su casa fue consumida por el fuego, él perdió un brazo… para ellos, la vida no es más que una ruina.
Ambos leen el Evangelio de San Juan. En un momento dado, ella empieza a llorar profusamente. El hombre la consuela diciéndole que tanta desdicha justifica totalmente sus lágrimas.
Sin embargo, ella responde: “¡No lloro por nuestras tribulaciones, sino de alegría, por la alegría de poder leer este Evangelio!”.
Claro, claro: demencia total. Los contables y los racionalistas ya pueden seguir a lo suyo. Los hombres racionales —que no son racionalistas—, pueden, no obstante, intentarlo.
(Traducido de: Nicolae Steinhardt, Jurnalul fericirii, Editura Mănăstirii Rohia, Rohia, 2005, p. 280)