¡No nos alejemos del Cuerpo y la Sangre del Señor!
La más hermosa y santa invitación, “¡Con temor de Dios, con fe y con amor, acérquense!”, es pronunciada por el sacerdote. De ninguna manera dice, “aléjense”. Para acercarnos al Vaso de la Vida necesitamos, ante todo, contrición, confesarnos, estudiar la Santa Escritura y luchar contra todo eso que es contrario a la voluntad de Dios.
El hombre es llamado a acercarse regularmente al Vaso de la Vida. La más hermosa y santa invitación, “¡Con temor de Dios, con fe y con amor, acérquense!”, es pronunciada por el sacerdote. De ninguna manera dice, “aléjense”. Tomamos a Cristo crucificado y resucitado, mientras recibimos la alegría de los Cielos, aquí en la tierra, porque “el Reino de Dios está dentro nuestro”. Para acercarnos al Vaso de la Vida necesitamos, ante todo, contrición, confesarnos, estudiar la Santa Escritura y luchar contra todo eso que es contrario a la voluntad de Dios.
(Traducido de: Părintele Eusebiu Giannakakis, Să coborâm Cerul în inimile noastre!, Editura Doxologia, Iaşi, 2014, pp. 14-15)