No nos engañemos a nosotros mismos, deseando ser más “espirituales”
A quienes se esfuerzan en la obediencia (monacal), el maligno les instiga el deseo de alcanzar altísimas virtudes y a los ascetas los empuja a pretender esfuerzos mayores, incompatibles con sus capacidades
“A quienes se esfuerzan en la obediencia (monacal), el maligno les instiga el deseo de alcanzar altísimas virtudes y a los ascetas los empuja a pretender esfuerzos mayores, incompatibles con sus capacidades. Si analizas la mente de los principiantes encontrarás muchos pensamientos nacidos del auto-engaño. Encontrarás allí el deseo de huir a la soledad y de ayunar sin medida, de orar profusa y desordenadamente, de la más profunda ausencia de vanagloria, de recordar incesantemente a los difuntos, de vivir con un corazón compungido, de alcanzar una perfecta calma, un silencio profundo, una pureza total.”
(Traducido de: Sfântul Ignatie Briancianinov, Despre înșelare, traducere din limba rusă Cristea Florentina, Editura Egumenița, p. 20)