¡Dios jamás escucha al que pide solamente por sí mismo en sus oraciones! No sólo al fariseo (no escuchó). No. Nuestro Señor lo dice claramente: “Quien quiera salvarse solamente a sí mismo, no se salvará”.

La cabeza de la familia es ése que se sacrifica por todos en su hogar, de los cuales es responsable. El Señor se ofrendó por todos los que están en la Iglesia Cristiana. Luego, por eso nuestro Señor es la Cabeza de la Iglesia, porque se sacrificó por todos. Por eso, la cabeza de la familia (el padre) es lo que es, para sacrificarse, enseñándoles a su esposa, hijos, padres, hermanos y hermanas, lo que deben hacer para salvarse. Día y noche, esta debe ser su principal preocupación, al igual que el capitán de una embarcación espera a que todos se salven, para luchar por su propia vida...

(Traducido de: Părintele Adrian Făgeţeanu, Viaţa mea. Mărturia mea, interviuri de Andrei Dârlău, volum coordonat de Ciprian Voicilă, Editura Areopag, București, 2011, p. 59)