¡No renuncies a orar!
¿Qué puede asustarte? El poder de la Cruz está con nosotros. Fortaleciéndote con la fe y la esperanza, porque lo que hay en nuestro interior es más grande que lo que hay en el mundo exterior, ¡defiéndete con la Señal de la Cruz!
«Ayer vino a visitarme N. N. Me contó que ayuna a escondidas. Hay lugares en los que es una vergüenza no asistir a la iglesia… Tristemente, en nuestro caso, si vas a la iglesia, todos te lo reprochan. ¡Tal es la modernidad! ¡Hay un progreso que conduce al fondo del infierno! ¡Qué tristeza me provoca el estado mental de esas personas!
¿Qué puede asustarte? El poder de la Cruz está con nosotros. Fortaleciéndote con la fe y la esperanza, porque lo que hay en nuestro interior es más grande que lo que hay en el mundo exterior, ¡defiéndete con la Señal de la Cruz! Es posible que lo que te sucedió fuera una cosa pasajera. No olvides que tienes a la Madre del Señor.
¿Qué más puedo decirte de la oración? ¡Es imposible que no ores! Esmérate en orar como puedas. Puedes simplemente hacer unas postraciones, sin leer las oraciones de tu libro. Incluso puedes orar sentado, cuando te sientas débil, pero sin apartar jamás la mente de Dios. ¡Que el Señor te ayude! Haz como puedas, pero no te permitas dejar de practicar la oración. Lee a San Isaac el Sirio. Es bueno que tengas esos libros. Ahí encontrarás todo, pero tienes que orar con atención. ¡Que el Señor te bendiga!».
(Traducido de: Sfântul Teofan Zăvorâtul, Învățături și scrisori despre viața creștină, Editura Sophia, București, 2012, p. 102)