Por favor, padre, le pedimos unas palabras de ánimo para quienes se hallan en la desesperanza, convencidos de que jamás podrán ser felices. 

—Quien se sienta desesperanzado… ¡que tenga esperanza!, porque la esperanza es una virtud cristiana. Mientras más te acercas a Dios, más te libras de la desesperanza. Si no te acercas a Dios, caes en la desesperanza, y esta es una tortura, además de constituir uno de los pecados más graves. Cuando te sientes abandonado por Dios, cuando dejas de confiar en Él, o cuando no confías en nadie y en nada, te hallas sumido en un estado de infelicidad que no es posible disipar sino por medio de la esperanza, que es la virtud que desvanece la desesperanza. San Juan Climaco dice que la oración es como una guadaña que destruye a la desesperanza, es una muestra de esperanza. Mientras más ores y más participes en los oficios litúrgicos, más fácilmente alcanzarás la esperanza, porque esta nos da júbilo y nos conduce a la felicidad.

 (Traducido de: Întâmpinări. Interviuri cu Părintele Teofil Părăian, Editura Sophia, 2000, pp. 85-86)