Nuestro camino hacia Dios
El Santo Apóstol Pablo —como lo hicieran también demás apóstoles—, siguiendo el mandato del Señor, exhorta a los cristianos a que oren sin cesar. Así lo hicieron todos los justos, patriarcas, profetas y creyentes del Antiguo Testamento. Así debemos hacerlo también nosotros.
La mejor y más certera forma de acercarnos a Dios es la oración ininterrumpida, hecha en espíritu y en verdad, la adoración, los cantos espirituales y la meditación en la ley de Dios; todo esto debe acompañarse, desde luego, de la renovación en nuestra vida. “Velen y oren sin cesar, para no caer en tentación” (Lucas 11, 1-13; 18, 1-8; Mateo 26, 41). Es posible conocer en qué consiste una vida nueva y un estado espiritual más encendido por la llama del amor de Dios, a partir de la vida de los cristianos apostólicos y patrísticos.
Su ocupación principal era la oración. El Santo Apóstol Pablo —como lo hicieran también demás apóstoles—, siguiendo el mandato del Señor, exhorta a los cristianos a que oren sin cesar. Así lo hicieron todos los justos, patriarcas, profetas y creyentes del Antiguo Testamento. Así debemos hacerlo también nosotros.
(Traducido de: Protosinghel Nicodim Măndiță, Învățături despre rugăciune, Editura Agapis, București, 2008, p. 90)