Palabras de espiritualidad

Ofrécele una sonrisa, no un gesto despectivo

  • Foto: Valentina Birgaoanu

    Foto: Valentina Birgaoanu

Si alguno dice: Amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso” (I Juan 4, 20). ¡En esto consiste la salvación!

«Si mencionas a alguien en tus oraciones, es que vives con todo el mundo, con tus hermanos de fe. Y (ellos) quedan obligados hacia aquel que los ayuda a salvarse, de forma anónima, si se quiere, pero Dios lo sabe todo. Posteriormente, cuando termines de orar, mantén esa relación con las personas que mencionaste. Ofréceles una sonrisa, para que vean que no eres su enemigo. No les hagas sólo una fría y despectiva mueca.

Sonríeles, si te provocan. Querido hijo, yo te hablo con la verdad. En algún momento, tú estuviste fuera de la verdad. Si mi punto de vista, que encierra la verdad, te vino a afectar, eso no es cosa mía. En todo caso, es tu responsabilidad, porque no estás con la Verdad. Este es, digamos, un motivo material que vino a estropear aquella relación.

Nosotros no podemos crear leyes de amor sólo porque sí. El mandamiento del amor es válido también para el caso de tu esposa. Esta es la salvación (Juan 15, 12-13). Esto es: “Si alguno dice: Amo a Dios, y aborrece a su hermano, es un mentiroso” (I Juan 4, 20). ¡En esto consiste la salvación!».

(Traducido de: Arhimandritul Arsenie Papacioc, Despre armonia căsniciei, Editura Elena, Constanța, 2013, pp. 22-23)