Palabras de espiritualidad

Oración al Señor por nuestro semejante que está enfermo

  • Foto: Bogdan Zamfirescu

    Foto: Bogdan Zamfirescu

Concédele paciencia y serenidad, apartando de él todo temor y toda desesperanza, para que el dolor no lo venza y no se lamente o caiga presa de la ira...”

«¡Oh, Todopoderoso y Glorioso Señor Jesucristo! ¡Tú, que veniste al mundo a sanar las debilidades de los hombres, Quien no veniste a llamar a la contrición a los justos, sino a los pecadores, y aceptaste morir en la Cruz por nuestra salvación! ¡Desde lo más profundo de mi corazón te suplico que aceptes mi humilde sacrificio y esta pequeña oración por (nombre), quien ahora sufre por causa de la enfermedad! Sálvalo, Señor, de la forma en que Tú sabes hacerlo, con Tu bondad y Tu amor a la humanidad, y haz que todo sea por su bien. Porque, nosotros somos débiles y no lo podríamos ayudar, si antes no nos iluminas con Tu Gracia.

Si es Tu voluntad, lo puedes corregir como es debido por sus pecados, sanándolo con el amargo remedio del dolor, como un experto Médico, si así lo quieres. Pero, postrado ante Ti, te ruego que te apiades de Tu siervo (nombre); mitiga su fiebre, alivia su sufrimiento, levántalo de su lecho de dolor. Que esta prueba que atraviesa le sirva para enmendarse, para volver al camino de la salvación y para el perdón de sus pecados. Y si es necesario que siga cargando con la cruz de la enfermedad, que todo sea, Señor, de acuerdo a Tu voluntad y no según la nuestra. Concédele paciencia y serenidad, apartando de él todo temor y toda desesperanza, para que el dolor no lo venza y no se lamente o caiga presa de la ira. Ayúdalo, Tú que amas a los hombres, para que, viendo Tu misericordia, se arroje a Tus pies con lágrimas de arrepentimiento y gratitud, para que sea digno de escuchar de Tu santa voz: “¡Tus pecados te son perdonados!”. Amén».