Palabras de espiritualidad

Orar es dejar entrar a Cristo en nuestros corazones

  • Foto: Stefan Cojocariu

    Foto: Stefan Cojocariu

Siéntete como un niño pequeño y a Dios como tu propio padre: órale por todo lo que necesitas. Si hablas así con Dios, luego ya no querrás desprenderte de Él, porque sólo en Dios podrás encontrar seguridad, consuelo y un amor indescriptible, junto a una divina delicadeza.

Padre, ¿Cómo debo orar?

—Siéntete como un niño pequeño, y siente a Dios como a tu propio padre y órale por todo lo que necesitas. Si hablas así con Dios, luego ya no querrás desprenderte de Él, porque sólo en Dios podrás encontrar seguridad, consuelo y un amor indescriptible, junto a una divina delicadeza. Orar es dejar entrar a Cristo en nuestros corazones y amarlo con todo nuestro ser. “Amarás a tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con todas tus fuerzas y con toda tu mente”, dicen las Sagradas Escrituras. Cuando el hombre ama a Dios y participa de Él, deja de impresionarle todo lo que hay en el mundo. Se convierte en un “loco”. Si a un loco lo pones a escuchar la mejor música del mundo, verás que no le producirá la menor impresión. Muéstrale las más bellas pinturas y no les dará ninguna importancia. Dale los mejores manjares, las mejores vestimentas y los más caros perfumes, y ni siquiera les pondrá atención, porque él vive sólo en su propio mundo. De igual manera, el que participa del mundo celestial, a éste permanece unido y nada ni nadie podría sacarlo de allí. Así como no puedes arrancar un niño de los brazos de su mamá, así no puedes separar de la oración a aquel que ha entendido su verdadero sentido. ¿Qué siente un niño en los brazos de su madre? Ésto lo puede entender sólo aquel que siente la presencia de Dios y se considera a sí mismo semejante a un niño pequeño.

(Traducido de: Cuviosul Paisie AghioritulDespre rugăciune, vol. VI, Editura Evanghelismos, Bucureşti, 2013, pp. 18-19)

Leer otros artículos sobre el tema: