¡Oremos, hermanos! ¡La muerte no es un juego!
¡Sé que tendré que responder ante Él por cada uno de mis actos, por cada una de mis palabras e incluso por cada uno de mis pensamientos!
«¡Hermanos cristianos, oremos! Porque grandes tribulaciones están por venir sobre la humanidad. Las personas han dejado de orar a Dios… Con el tiempo veremos, hermanos, que esto que les estoy diciendo no es una mentira. Y librarse no será fácil, porque con Dios no se juega. Que nadie espere vivir tanto como las montañas. Sí, muchos aún somos jóvenes… ¡pero ya veremos cuando lleguemos a viejos! Si es que llegamos a esa edad… ¡La muerte no es un juego!
Abandonamos este mundo para siempre y entramos al mundo de la eternidad. ¡Personalmente, sé que tendré que responder ante Él por cada uno de mis actos, por cada una de mis palabras e incluso por cada uno de mis pensamientos! Tengo esperanza… sí… pero no tengo certeza. Pero tengo la esperanza de quedarme con Él eternamente».
(Extraído del documental “Monasterio Sihăstria”, de TRINITAS TV)