Palabras de espiritualidad

¡Oren en la mañana, en la tarde y en todo momento, cada día!

    • Foto: Oana Nechifor

      Foto: Oana Nechifor

Oren en su habitación. Algunos podrían levantarse una hora más temprano, otros media hora, otros quince o diez minutos antes. Esto depende de las fuerzas de cada uno. Pero deben hacerlo, para que su corazón se acostumbre a vivir, siempre y en todo lugar, en oración.

¡Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten piedad de nosotros!”. Cuando pronunciamos esta oración, establecemos una relación personal con Cristo, un vínculo que escapa a los límites de nuestra razón. La vida en Cristo penetra, así, poco a poco, en nosotros.

Algunos oran con su pensamiento, con su mente. Pero no es posible que exista oración sin la participación del corazón. En oración, el corazón y la mente permanecen indisolublemente unidos.

Oren en su habitación. Algunos podrían levantarse una hora más temprano, otros media hora, otros quince o diez minutos antes. Esto depende de las fuerzas de cada uno. Pero deben hacerlo, para que su corazón se acostumbre a vivir, siempre y en todo lugar, en oración. Cuando pronuncien la “Oración de Jesús”, impidan que cualquier otro pensamiento los ataque. Los que son principiantes en la vida espiritual deben aprender a luchar con los deseos del cuerpo.

Oren en la mañana, en la tarde y en todo momento, cada día. Oren por los demás. Sólo a través de la unidad en el Espíritu Santo serán capaces de trabajar su propia salvación. Oren por sus semejantes y pídanle a Dios que los bendiga a través de las oraciones que ellos también realicen.

(Traducido de. Arhimandritul Sofronie, Din viaţă şi din duh, Editura Pelerinul, Iaşi, 1997, p. 61)