Otra maravilla de la creación de Dios
Para certificar esto que acabo de afirmar, basta con tomar en nuestra mano algunos copos de nieve, de esos que caen por millones en estos días fríos y oscuros, y examinarlos minuciosamente con la ayuda de una lupa...
En los meses de invierno, del cielo no cae ningún solo copo de nieve que antes no haya sido, en primer lugar, cuidado, moldeado e incluso ataviado celosamente, y al cual, en segundo lugar, no se le haya mostrado un lugar del mundo donde caer y un cierto vínculo con los demás copos de nieve, semejantes suyos.
Para certificar esto que acabo de afirmar, basta con tomar en nuestra mano algunos copos de nieve, de esos que caen por millones en estos días fríos y oscuros, y examinarlos minuciosamente con la ayuda de una lupa. Esos copos de nieve nos llenarán de admiración, por la regularidad y la belleza de sus formas.
(Traducido de: Sfântul Inochentie al Odessei, Înțelepciunea dumnezeiască și rosturile naturii, Editura Sophia, București, 2012, p. 80)