Palabras de espiritualidad

¡Padres, oren más que reprender a sus hijos!

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Muy a menudo, creemos que podemos conseguir mucho, hablando y hablando. Sin embargo, cuando se trata de ayudar a los demás, es mejor hablarle a Dios y dejar que Él encuentre la forma de hablarles al corazón.

Todos estamos obligados a obedecer los mandamientos de Dios. Debes honrar a tu esposa y ella, a su vez, debe honrarte a ti. Ambos deben ser francos y sinceros, sin ocultarse nada. Hasta pueden intentar comprobar quién está más dispuesto a hacer la voluntad del otro. ¡Así, la vida es maravillosa!

En lo que respecta a los niños, no creo que sea con palabras que ellos reciban el espíritu de Dios. Les contaré algo. Conozco un sacerdote que tiene tres hijos. Nunca los ha “sermoneado”, pero todos son buenos creyentes, practicantes. ¿Cómo solía actuar este sacerdote con sus hijos? Esperaba a que todos se fueran a dormir y, después, entraba a cada habitación, para orar en silencio y de rodillas, junto al lecho de sus hijos. Así, el espíritu de su oración paterna emanaba sobre todos y cada uno. Nunca los “llamó a capítulo”, sino que le hablaba a Dios, para que Él les hablara a ellos. Y, así, hoy uno de ellos es diácono y los otros dos cantan en el coro de su parroquia.

Muy a menudo, creemos que podemos conseguir mucho, hablando y hablando. Sin embargo, cuando se trata de ayudar a los demás, es mejor hablarle a Dios y dejar que Él encuentre la forma de hablarles al corazón.

(Traducido de: Arhimandritul Zaharia Zaharou, Lărgiți și voi inimile voastre!, Editura Reîntregirea, Alba-Iulia, 2009, p. 174)