Palabras de aliento y estímulo espiritual
En donde hay paz y amor, ahí está Dios. Si tienes paz y amas a tu hermano, Dios está contigo.
He aquí algunos consejos de gran utilidad para nuestro crecimiento espiritual:
- En cualquier situación, si te comportas con el otro como si fueras inferior a él, saldrás vencedor en todos los aspectos. Espiritualmente —y esto lo ve Dios—, y también en lo exterior, porque el otro obtendrá un gran provecho de tu actitud, aunque se trate de tu peor enemigo. Es imposible que no haya un beneficio para los dos. Porque hasta tu más grande enemigo se terminará apaciguando cuando vea que actúas con humildad y que la Gracia Divina está contigo. Al contrario, si te comportas con superioridad, hasta tu más íntimo amigo se apartará de ti. Luego, acuérdate de todo esto para “ganarte” de mejor manera a tu semejante.
- Tenemos que ser pacientes en el sufrimiento y la tribulación. Dios no castiga, sino que te consuela y también te pone a prueba, para que recibas una recompensa en esa misma medida. Jamás pienses que Dios te está castigando. El Señor siempre está cerca del que sufre, del enfermo.
- En donde hay paz y amor, ahí está Dios. Si tienes paz y amas a tu hermano, Dios está contigo.
- Seamos pacientes hasta el final, porque buena será nuestra retribución. Muchos empezamos practicando la virtud, pero después el maligno viene y nos engaña, y nos hace cambiar de rumbo. ¡Y qué peligroso es eso!
- ¿En qué consiste la verdadera humildad? En no huir, sino perseverar, con coraje y paciencia, esperando valientemente que cese la tentación. Esta es la verdadera humildad, que no tiene nada que ver con la cobardía, sino con la valentía espiritual. Para esto, tienes que decir: “¡Me lo merezco! ¡Todos son santos, menos yo!”. Esto tienes que repetirlo en todo momento.
- Hagámonos humildes, y todos nos confortarán. Pero, si mantenemos la cerviz erguida, todos nos rechazarán.