Palabras de espiritualidad

Para encontrar la paz que nos conduce a Dios

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Renunciemos a la insolencia, refrenemos nuestra lengua y nuestro vientre, y hallaremos sosiego.

Que toda amargura, ira, calumnia y malicia se aparten de nosotros. Que no salga de nuestra boca ninguna palabra mala, sino solamente palabras buenas, para edificación de quienes nos escuchan.

Renunciemos a la insolencia, refrenemos nuestra lengua y nuestro vientre, y hallaremos sosiego. El pensamiento constante de que todos habremos morir, así como el recuerdo del Día del Juicio y del castigo eterno deben perdurar en nuestro corazón, para que podamos avanzar sin tropiezos en el camino que lleva a Dios.

La serenidad es el alimento de los ángeles y la forja de todas las virtudes, en tanto que la dispersión, la conversación ociosa y la risa destruyen todo lo que la tranquilidad construye con trabajo arduo y tesón. 

(Traducido de: Sfântul Teofan ZăvorâtulPatericul Lavrei Sfântului Sava, Editura Egumenița, 2010, p. 153)