Palabras de espiritualidad

Para heredar la inefable felicidad del Reino

  • Foto: Flavius Popa

    Foto: Flavius Popa

Con el cumplimiento de los mandatos divinos, y con la mediación de la Gracia, nos hacemos herederos de un júbilo sin par, o, lo que es lo mismo, de la felicidad divina, según las palabras de Cristo: “Si guardáis Mis mandamientos, permaneceréis en Mi amor… Os he dicho estas cosas para que Mi alegría esté dentro de vosotros y vuestra alegría sea completa” (Juan 15, 10-11).

La inefable alegría que el Arcángel Gabriel le anunció a la Virgen María es también nuestra herencia. La Purísima Virgen María recibió la Gracia del Espíritu Santo, para que ella fuera la Madre del Señor, y nosotros recibimos la Gracia del Espíritu Santo, para que seamos los hijos de nuestro Señor. Por eso, también nosotros podemos sentir, en una medida u otra, una felicidad inenarrable, cuando perseveramos buscando la Gracia con todo el corazón, cuando esa Gracia nos ayuda a guardar con firmeza todos los mandamientos del Señor. Con este cumplimiento de los mandatos divinos, y con la mediación de la Gracia, nos hacemos herederos de un júbilo sin par, o, lo que es lo mismo, de la felicidad divina, según las palabras de Cristo: “Si guardáis Mis mandamientos, permaneceréis en Mi amor… Os he dicho estas cosas para que Mi alegría esté dentro de vosotros y vuestra alegría sea completa” (Juan 15, 10-11).

Esta felicidad es la misma que experimentaron los santos, ya desde esta vida, precisamente por vivir en la piedad y el fervor. Algunos de ellos, como Andrés “el loco por Cristo” y el venerable Serafín de Sarov, se hicieron dignos, por parte de Dios, ya desde esta vida, de gustar todas las bellezas del Paraíso y sentir ese júbilo indescriptible. Al compartir lo vivido cuando fue elevado hasta el tercer Cielo, San Serafín decía que sintió una felicidad que es imposible de describir con palabras humanas y que todos tendríamos que estar dispuestos a soportar cualquier aflicción, con tal de merecer algo tan sublime.

(Traducido de: Sfântul Ierarh Serafim Sobolev, Făcătorul de minuni din SofiaPredici, Editura Adormirea Maicii Domnului, București, 2007, p. 185)