Palabras de espiritualidad

Para no sentirte atraído por la belleza ajena…

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Más bien deja que tu corazón sea herido por la belleza que no se ve, elevando la mente al Creador de lo visible y lo invisible.

No permitas que tu corazón sea herido por la belleza del aspecto de un cuerpo perecedero, porque el cuerpo no es más que hierba, sombra y corrupción, y, como la hierba y la flor, desaparecerá (Salmos 102,15-16). Solamente el amor de Dios es eterno. Más bien deja que tu corazón sea herido por la belleza que no se ve, elevando la mente al Creador de lo visible y lo invisible. Evita ver con malicia la belleza ajena, del mismo modo en que evitarías el veneno más peligroso. No busques tocar sin rubor, ni besar, ni acariciar, para no caer en el hondo pecado de la perdición y para verte libre de las redes del demonio, Si caes en esa clase de pecado, llenarás tu vida de amargura y tribulaciones.

(Traducido de: Sfântul Dimitrie al Rostovului, Alfabetul duhovnicesc, Editura Sophia, București, 2007, p. 45)