Palabras de espiritualidad

Para que la Gracia obre en nosotros...

  • Foto: Oana Nechifor

    Foto: Oana Nechifor

Tenemos que apartar nuestras pasiones, comprometiéndonos en una lucha perseverante en contra suya, y valiéndonos de todos los medios a nuestro alcance: la oración, el ayuno severo, las postraciones, el permanecer de pie al orar, la sobriedad en todos nuestros actos y, ante todo, la obediencia.

Si ya es importante librarnos de nuestros pecados, con mayor razón tenemos que apartar nuestras pasiones, comprometiéndonos en una lucha perseverante en contra suya, y valiéndonos de todos los medios a nuestro alcance: la oración, el ayuno severo, las postraciones, el permanecer de pie al orar, la sobriedad en todos nuestros actos y, ante todo, la obediencia, que es más grande que la oración y el ayuno, como nos enseñan los Padres ascetas. Hay un adagio de la tradición ascética, que dice: “¡Das sangre, recibes el Espíritu!”. Pero atención, que esto no es ninguna forma de pelagianismo (salvación por medio de las propias fuerzas), porque los mismos Padres saben que “todo es Gracia”. Sin embargo, solamente por medio de la ascesis, el ser humano —cuerpo, alma y espíritu— se vuelve sensible y se abre a la acción gratífica.

San Siluano el Athonita nos enseña y nos exhorta a que, cuando no tengamos un padre espiritual experimentado, busquemos, en toda situación, un sacerdote, aunque no tenga una gran experiencia:  «Todos nuestros pesares provienen del hecho que no pedimos el consejo de los Ancianos (stárets, padres espirituales) a los que se encomendó nuestra guía, y, por otra parte, los Pastores no le preguntan al Señor cómo deben trabajar.

Pídele que te aconseje y, aunque tu padre espiritual no haya pasado por la experiencia de la oración, el Señor se apiadará de ti y te cuidará de cualquier desviación. Pero si te dices: “Mi padre espiritual es un inexperto, porque está muy atento a las cosas del mundo. Ya me las apañaré, pues, con la ayida de algunos libros”, te hallas en un camino peligroso y el engaño espiritual».

(Traducido de: Mitropolitul Serafim (Joantă), Sfinții printre noi: de la Paisie Olaru la Rafail Noica. Duhovnici pe care i-am cunoscut, Editura Doxologia, Iași, 2015, p. 112)