Palabras de espiritualidad

Para recibir la corona...

  • Foto: Andrei Agache

    Foto: Andrei Agache

Translation and adaptation:

Que nadie permanezca en la desesperanza. No seamos ociosos con la oración y no dudemos en pedir el auxilio de Dios.

Aunque caigamos miles de veces, aunque suframos incontables heridas, no perdamos el ánimo y no abandonemos la justa en que participamos. Porque, es posible que con una pequeña lucha salgamos vencedores y recibamos nuestra corona.

Este mundo es como una arena de lucha, un estadio de carreras. Y este tiempo es de lucha. Y no hay ley alguna en la arena. Es decir, el Rey no pone ningún límite a los soldados, hasta que el final de la lucha no se decida y cada uno llegue a la puerta del Rey de reyes, demostrándose quién fue paciente en el combate, sin dejarse vencer ni huir.

Porque, muchas veces ocurre que ése que parece no ser útil para nadie es apartado, precisamente por su aparente torpeza... Sin embargo, aún con su debilidad, es capaz de arrebatar el estandarte de manos de los soldados de los hijos de los gigantes, enalteciendo su nombre, siendo elogiado más que los guerreros más famosos por sus conquistas, y recibiendo una corona y un don más valioso que todos los demás. Por eso, que nadie permanezca en la desesperanza. No seamos ociosos con la oración y no dudemos en pedir el auxilio de Dios.

Conservemos esto en nuestra mente, porque mientras vivamos en este mundo y tengamos un cuerpo, aunque nos alcemos hasta la bóveda celeste, no debemos descuidar nuestras acciones, esfuerzo y esmero. Así es como viene la perfección.

(Traducido de: Sfântul Isaac Sirul, Cuvinte despre sfintele nevoinţe, cuvântul L, în Filocalia, vol. X, p. 263-264)