Para saber soportar las ofensas
Por eso es que la impureza y el adulterio crecen en nosotros, por eso es que devolvemos mal con mal.
Hay quienes dicen que están preparados para el martirio... pero no soportan la más mínima ofensa. Verdaderamente dispuestos al martirio son esos que aceptan todo lo que viene de sus semejantes, sea bueno o malo.
Cosa buena es la conciencia, pero no tenemos esa paciencia. El corazón es el piloto de nuestra voluntad, pero no nos sometemos a él. Amenazamos con golpear, pero no queremos ser golpeados. Y, con estas contradicciones, enaltecemos nuestra mente. Y el sabio se alza sobre el que es simple. Y el poderoso ante el débil. Y el amo somete con dureza al servidor. Ayunando, lloramos de hambre. Olvidamos que esto es, ante todo, de beneficio para nosotros mismos, como también pasa con la caridad. Somos incapaces de juzgarnos correctamente a nosotros mismos. Por eso es que la impureza y el adulterio crecen en nosotros, por eso es que devolvemos mal con mal.
(Traducido de: Sfântul Simeon Stâlpnicul din Muntele Minunat, Cuvinte ascetice, Editura Doxologia, 2013, pp. 223)