Para vivir en Cristo
No os engañéis unos a otros, pues os habéis despojado del hombre viejo con su manera de actuar para revestiros del hombre nuevo, que se renueva sin cesar a imagen de su Creador hasta adquirir el conocimiento perfecto.
Por consiguiente, si habéis resucitado con Cristo, buscad las cosas de lo alto, donde Cristo está sentado a la diestra de Dios; pensad en las cosas de arriba, no en las de la tierra. Vosotros habéis muerto, y vuestra vida está escondida con Cristo en Dios. Cuando Cristo se manifieste, Él que es vuestra vida, entonces vosotros también apareceréis con Él en la gloria.
Por tanto, destruid todo lo que hay de terrenal en vuestro cuerpo: la lujuria, la impureza, las pasiones, los apetitos desordenados y la avaricia que es una idolatría; acciones por las que sobreviene la ira divina sobre los rebeldes y que practicabais en vuestra vida pasada.
Pero ahora dejad todo eso: la ira, el rencor, la malicia, los insultos y las groserías. No os engañéis unos a otros, pues os habéis despojado del hombre viejo con su manera de actuar para revestiros del hombre nuevo, que se renueva sin cesar a imagen de su Creador hasta adquirir el conocimiento perfecto.
(Traducido de: Sfântul Apostol Pavel, Epistola către Coloseni, cap. 3, 1-10)