Palabras de espiritualidad

Pecar y arrepentirse

    • Foto: Andrei Agache

      Foto: Andrei Agache

Translation and adaptation:

Cuando tomas un medicamento, ¿te da vergüenza? ¿Te da vergüenza librarte del pecado? ¡Entonces debías avergonzarte, cuando pecabas! Pecando no te sonrojabas, ¿por qué habrías de hacerlo ahora, cuando te levantas del pecado, redimido?

Debes estar atento a lo que te ha hecho el demonio. Se trata de dos cosas: pecado y arrepentimiento. El pecado es la herida y el arrepentimiento la medicina. Del mismo modo en que hay heridas y remedios para el cuerpo, en lo que respecta al alma existen el pecado y el arrepentimiento. El pecado trae la vergüenza, y el arrepentimiento, el coraje.

Concéntrate, te lo suplico, y pon atención a todo lo que te digo, para que no lo termines confundiendo y pierdas el provecho que podrías obtener si lo entendieras correctamente. Estamos hablando de dos cosas: la herida y su medicamento; es decir, el pecado y el arrepentimiento. La herida es el pecado, y la medicina es la contrición. La herida provoca descomposición, y el remedio la limpia. El pecado engendra putrefacción, vergüenza y burla, en tanto que el arrepentimiento trae el coraje, la libertad, la purificación del pecado.

Sigue atento. Al pecado le sigue la vergüenza, en tanto que a la contrición le sigue el buen arrojo. ¿Estuviste atento? Bien. El demonio retorció las cosas y le dio al pecado el coraje. y a la contrición, la vergüenza. (...) Así, hemos llegado al punto en el que, cuando alguien comete un acto vergonzoso, ya no se sonroja ni se abochorna. Este es el mal que nos hace el demonio. Cuando pecas, no te deja que te sonrojes, sino que te incita a pecar más y a la vista del mundo; en cambio, hace que te avergüences de arrepentirte.

Son dos los males que nos hace. Nos arrastra al pecado y nos aleja de la contrición. “Ahora”, dice él, “¿para qué habrías de sonrojarte? ¿Es que cuando te entregabas al desenfreno no te daba vergüenza?”. Pero yo te digo: cuando tomas un medicamento, ¿te da vergüenza? ¿Te da vergüenza librarte del pecado? ¡Entonces debías avergonzarte, cuando pecabas! Pecando no te sonrojabas, ¿por qué habrías de hacerlo ahora, cuando te levantas del pecado, redimido?

(Traducido de: Sfântul Ioan Gură de Aur, Diavolul și magia, culegere de texte patristice și traducerea lor în neogreacă de Ieromonahul Benedict Aghioritul, traducere din neogreacă de Zenaida Anamaria Luca, Editura Agaton, Făgăraș, 2012, pp. 37-38)