¡Pongan orden en su oración!
Yo me conozco a mí mismo: si me levanto temprano y hago parte de mi canon de oraciones, todo el día siento como que soy otra persona. Pero si te levantas temprano y lo que haces es andar frenéticamente por toda la casa, porque tienes que hacer esto y lo otro, te darás cuenta que tu día no será uno tranquilo.
Cualquier oración es un don de Dios.
Pero nosotros, los débiles, tenemos la oración que hacemos con la boca. De momento, ora de esta manera, hijo. La fuente es profunda, pero el lazo es corto y el cubo, pequeño. Cada uno abarca lo que puede; tampoco la abeja logra sacar todo el néctar de la flor. Pero es bueno que ores al menos un poco. Yo me conozco a mí mismo: si me levanto temprano y hago parte de mi canon de oraciones, todo el día siento como que soy otra persona. Pero si te levantas temprano y lo que haces es andar frenéticamente por toda la casa, porque tienes que hacer esto y lo otro, luego comprobarás cómo no te va bien en tu día. Así que, haz un poco de tu canon de oraciones cada día, como lo hacía el justo Job, que cada día ofrecía sacrificio por sus hijos.
(Traducido de: Părintele Paisie Olaru, Părintele Paisie de la Sihla, Editura Bizantină, București, 1999, pp. 69-70)