Poniendo en acción el alma
Analiza, piensa, observa con tu espíritu y ora para que se encienda en ti el amor a Dios, ese que revela todo y que da todo.
El jefe de los soldados que se encontraban en el Gólgota dijo. “En verdad este era el Hijo de Dios”.
El bandido crucificado a un costado de Cristo, arrepintiéndose, por un momento contempló y por un momento oró. Mientras, la Santísima Virgen estrechaba entre sus brazos los pies del Hijo crucificado, sintiéndose, por amor, crucificada en aquel mismo lugar.
En ningún sitio encontraremos escrito que un sólo ejercicio es suficiente. Hazlos todos y sólo entonces podrás alcanzar tu propósito. Analiza, piensa, observa con tu espíritu y ora para que se encienda en ti el amor a Dios, ese que revela todo y que da todo. Un solo trozo de leña arde con dificultad; dos trozos, colocados uno al lado del otro, arden más fácilmente. Y tres, aún más.
(Traducido de: Episcopul Nicolae Velimirovici, Învăţături despre bine şi rău, Editura Sophia, 2001, p. 70)