Por amor, Dios nos dio un don supremo: la libertad de elegir
Somos libres elegir de salir al encuentro de Cristo, o de “seguir con nuestros asuntos”. Somos libres. Este es el enorme privilegio que nos fue dado cuando la Creación. Es el gran misterio del mundo del hombre. Dios encontró, al otorgarnos esa libertad, la forma ideal para que la humanidad se sienta libre e independiente, hasta el extremo de alejarse precisamente de Él.
Debemos subrayar, en primer lugar, que seguir a Cristo y Sus enseñanzas es algo que depende sólo de nuestra voluntad. Somos libres de elegir salir al encuentro de Cristo, o de “seguir con nuestros asuntos”. Somos libres. Este es el enorme privilegio que nos fue dado cuando la Creación. Es el gran misterio del mundo del hombre.
El mundo de los hombres talvez cree que es autónomo, que apareció solo y que puede organizarse libremente, de acuerdo a sus propias leyes. Pero creo que Dios encontró, al otorgarnos esa libertad, la forma ideal para que la humanidad se sienta libre e independiente, hasta el extremo de alejarse precisamente de Él.
Como dije antes, Dios tiene un punto de vista particular en este aspecto, pero consideró más importante la libertad de los hombres. No obstante, a todos nos dejó, junto a la libertad, los medios para orientarnos en las opciones de esa libertad. Así pues, lo que quiero que retengamos, de forma especial, es aquel “Si alguien quiere...”, es decir, el hecho que nos da la libertad de seguirlo o no.
(Traducido de: Mitropolitul Antonie Plămădeală, Tâlcuiri noi la texte vechi, Editura Sophia, Bucureşti, 2011, p. 3