¿Por qué es necesario practicar la “Oración de Jesús”?
Si no trabajas y no te esfuerzas para que en tu mente y en tu corazón se grabe este estremecedor Nombre, en vano te dedicas al silencio, en vano cantas, ayunas y velas.
“A quien haya empezado el camino de la contrición o recién comience a buscar a Dios, debe ofrecérsele desde el inicio una amplia guía en en el trabajo de la 'Oración de Jesús' y en las demás formas de la oración, para poder fortalecerle rápidamente y para que pueda ver espiritualmente y alcanzar la paz interior. Ignorando todo esto, la mayoría se limita solamente al trabajo físico y espiritual, desperdiciando su esfuerzo y su tiempo.”
“A simple vista, parece una cosa sencilla (la 'Oración de Jesús'), pero, si no sabes nada de ella, ya puedes esforzarte mucho, que no obtendrás fruto alguno. El trabajo exterior (físico) es más fácil, por eso es más atractivo. El trabajo interior es más difícil, por eso es rechazado con frecuencia...”
“Al comienzo, algunos abandonan el trabajo interior, argumentando que ya tendrán tiempo para este. Pero, ulteriormente, viendo hacia atrás, observan que el tiempo ha pasado y que, en vez de prepararse, es mucho lo que han perdido. Entonces, su conciencia se intranquliza y se llenan de agitación. ¿Por qué? Sin pensar en Dios, sin temerle a Él y sin sentirle, es imposible satisfacer el alma... La oración de la cual hablamos es el lazo directo hacia todo esto. Y si algún pensamiento nos insinúa que es demasiado pronto para intentar practicar la 'Oración de Jesús', debemos rechazarlo, porque no es verídico. Todos debemos orar con el corazón y la mente. Cualquier otra oración no es oración. ¡Así pues, pongámonos a trabajar y no perdamos más el tiempo!”.
“Si no trabajas y no te esfuerzas para que en tu mente y en tu corazón se grabe este estremecedor Nombre, en vano te dedicas al silencio, en vano cantas, ayunas y velas. En pocas palabras, todo el afán del monje no significa nada, si no pone en práctica lo mencionado y si no piensa en Dios”.
“Obran mal quienes se creen libres de esta obligación. Ellos mismos devienen en causa de su propio fracaso y del hecho que su trabajo quede sin frutos. Sudan mucho, pero no ven ningún fruto y, al poco tiempo, se enfrían y todo acaba”.
“Que cada uno practique esta oración, no sólo los monjes, sino también los laicos. No se trata de algo complicado, sino que es una oración muy sencilla. La 'Oración de Jesús' no es una cosa milagrosa, sino que, como cualquier otra oración corta, es una plegaria compuesta de palabras, pero una que puede llegar a unir la mente y el corazón”.
(Traducido de: Arhiepiscopul Antonie de Golânsk şi Mihailovsc, Calea rugăciunii lăuntrice, Editura Bunavestire, Galaţi, 2003)