¿Por qué estoy solo?
Estamos hablando, desde un punto de vista psicológico y espiritual, de un estado enfermizo. Es una enfermedad y, según sé y comprendo, muchas personas del mundo actual, hombres y mujeres, padecen de ella, sintiéndose condenados a sufrirla para siempre.
Muchas personas de la sociedad contemporánea se encierran en sí mismas. Muchas personas de la sociedad contemporánea, del mundo contemporáneo, quienes viven en ciudades grandes o pequeñas, y que todo el tiempo se distraen juntas, y van y vienen juntas, y todo el tiempo hablan, sienten un persistente temor a verse solas en algún lugar apartado y, así, hacerle el mal a la sociedad. Muchas de esas personas, de hecho, están solas y viven encerradas en sí mismas, aunque parezcan estar todo el tiempo con otras; son personas a las que les falta el amor verdadero. El amor abre la puerta hacia el otro, hacia nuestro semejante, en una relación de entrega recíproca. Así es como el hombre se libra de la vacuidad de su existencia, así es como puede vivir y mantenerse en equilibrio, participando de una relación verdadera con Dios y con los demás, misma que le ayudará a crecer espiritualmente.
Como decíamos antes, hay muchas personas que carecen de amor. Y, como les falta el amor, se aferran a los demás. Otros, quienes también carecen de amor, se muestran hostiles ante sus semejantes. Y otros, aunque también les falta el amor verdadero, ni se muestran hostiles con los demás, ni se aferran a otros, sino que se encierran en sí mismos, se aíslan en sí mismos y se autodestruyen.
Estamos hablando, desde un punto de vista psicológico y espiritual, de un estado enfermizo. Es una enfermedad y, según sé y comprendo, muchas personas del mundo actual, hombres y mujeres, padecen de ella, sintiéndose condenados a sufrirla para siempre.
(Traducido de: Arhimandritul Simeon Kraiopoulos, Te cunoști pe tine însuți? Viața duhovnicească și problemele psihologice, Editura Bizantină, București, 2008, p. 100)